Recuerdo que la primera vez que fui a Rouen, yo no tenía idea donde vivía mi amigo Bernardo, pero el fue muy claro para darme las indicaciones: -No cruces el Sena, me dijo. -Imagínate que vienes de Quilimarí al Barrio Estación y te bajas antes de llegar a la carretera... como donde Don Armando y... se detuvo .... y no paramos de reírnos. Encontrarse con un conocido, en otra ciudad o con un compatriota en el extranjero, es una gran alegría; imagínense entonces lo que fue para mí encontrarme en esta ciudad con mi gran amigo de infancia y de adolescencia, de cantos, copas y guitarreos; una alegría enorme. Mientras voy en el tren me recuerdo de sus indicaciones y esta vez llegaré sin problemas. La vez anterior recibí la ayuda de un matrimonio francés que paseaba a sus pequeños a orillas del Sena. Fueron muy gentiles al llevarme en su auto, desviarse de su ruta y dejarme en la dirección correcta. Ahora ya se llegar y no tendré problemas. Voy a Rouen a despedirme de mi amigo. Serán dos largas noches de recuerdos, de copas y guitarreo. Cuando la Patria está lejos, la Patria llega con los amigos.. y hay que celebrar.
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Buen relato para una experiencia de viaje.
ResponderBorrarSon recuerdos que quedan
ResponderBorrarde un bonito viaje.
Gracias por tu comentario