"Que cuarenta años no es nada" podemos decir, parafraseando a Gardel. Y parece que así es, sobretodo cuando queremos expresar la nostalgia que nos embarga al regresar a un lugar donde vivimos momentos que perduran en el recuerdo. Es lo que viví(mos) el sábado 17 de mayo cuando fui invitado por alumnas del 4° Medio A, del C.S.R., promoción 1985, a un desayuno encuentro en dependencias del colegio. Debo ser sincero y reconocer que hubo que desempolvar la memoria para recordar caras y nombres de adolescentes de hace 40 años!, que al entrar a la que fue su sala y sentarse en el que fue su puesto, vuelven a ser las alumnas que tuve en mis clases y me sor-pre-die-ron enormemente cuando comenzaron a cantar aquellas canciones que aprendieron en mis clases. Touché! Una sorpresa total y con Himno de Canadá incluído.! Reconozco que fueron un excelente curso, que disfrutaron las clases de francés y yo con ellas. Gracias por la invitación, gracias por el momento vivido, gracias por los recuerdos que guardan de quienes fuimos sus profesores. La vida continúa y los recuerdos quedan. Gracias por siempre..
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