Nadie inicia una dieta si no tiene un motivo para hacerla. Bajar de peso, es un buen motivo si lo asociamos a un mejor estado físico como para subir y bajar escaleras diariamente. Tambien podemos iniciar una dieta para controlar, por ejemplo, una hipertensión. El problema es que yo más o menos llevo una dieta, no estricta, pero sí muy sana. El problema es que deberé al parecer, doblar los esfuerzos para reducir mi aspecto físico si no quiero ser nuevamente comparado con un personaje, símbolo de los obesos, como me sucedió unos días atrás.
Avancé por el pasillo del bus y quise sentarme en un asiento desocupado que estaba al lado de la ventana. Al lado, en el asiento que da al pasillo, una mamá con su pequeño retoño de 4 o 5 años. El chico al verme exclamó : "Mamá! se va a sentar el Sr. Barriga!!
Sonriendo, pedí permiso y durante unos 30 minutos del viaje soporté las gracias del pequeño como contornearse, patalear, revolcarse, gritar y otras diabluras que su madre soportaba con estoicismo o con la calma propia de las nuevas mamás : que haga lo que quiera. Al llegar a mi destino, pedí permiso y el chico nuevamente exclamó : "Mamá! se va a bajar el Sr. Barriga!"
Esta vez alcancé a escuchar los retos de su madre pero también pequeñas risas de algunos pasajeros. Descendí riendo del bus y luego de grandes bromas y risas familiares, me hice el propósito de comenzar prontamente una dieta extra.
Avancé por el pasillo del bus y quise sentarme en un asiento desocupado que estaba al lado de la ventana. Al lado, en el asiento que da al pasillo, una mamá con su pequeño retoño de 4 o 5 años. El chico al verme exclamó : "Mamá! se va a sentar el Sr. Barriga!!
Sonriendo, pedí permiso y durante unos 30 minutos del viaje soporté las gracias del pequeño como contornearse, patalear, revolcarse, gritar y otras diabluras que su madre soportaba con estoicismo o con la calma propia de las nuevas mamás : que haga lo que quiera. Al llegar a mi destino, pedí permiso y el chico nuevamente exclamó : "Mamá! se va a bajar el Sr. Barriga!"
Esta vez alcancé a escuchar los retos de su madre pero también pequeñas risas de algunos pasajeros. Descendí riendo del bus y luego de grandes bromas y risas familiares, me hice el propósito de comenzar prontamente una dieta extra.