Cuando el rodillo se detiene en mi cuello sólo pienso en que todo quede en silencio, que apaguen las luces y me despierten en cuatro horas más..
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Después de asistir religiosamente a 10 sesiones de masajes, debo reconocer que estoy convertido en un adicto. La sensación del masaje es muy reconfortante y ......es gratis!
Son muchos los testimonios que cada día dan distintas personas y que se refieren a las bondades de la cama coreana y a cómo su salud ha ido mejorando día a día. Atrás van quedando los dolores de columna, huesos, caderas, cuello etc. Yo sólo puedo decir que lo disfruto, me relaja y por supuesto que la recomiendo. Ahora sólo espero ganar un premio para comprarla. ¿Usted no haría lo mismo?