El metro, repleto de gente, frenó bruscamente tres veces. En todas ellas las personas perdimos el equilibrio y cada cual se afirmó de quien pudo. Buscando mayor estabilidad decidí cambiarme de lugar. Pasados unos diez minutos y cuando ya faltaba poco para llegar a la estación de mi destino, descubro que ... no tengo mis documentos! Busqué nerviosamente en mis bolsillos mientras algunos me miraban extrañados al ver como palpaba mi cuerpo y hurgueteaba una y otra vez en mi pantalon y en mi chaqueta mientras sudaba a mares. Definitivamente mi portadocumentos con tarjetas de tiendas comerciales, bancarias y tarjeta Bip ... no estaban. ¿Se habrían caido en las frenadas del metro? o ¿Habría sido víctima de un lanzazo?. Afortunadamente siempre manejo mi carnet de identidad y dinero aparte por lo que no tuve problemas en comprar una nueva Bip y completar el viaje a casa.
Lo primero que hice fue averiguar cómo bloquear mis tarjetas. Había que llamar a números 800, 600 y realizar denuncias a Carabineros lo que indicaba que el asunto era bastante engorroso. Un llamado telefónico interrumpió mi tarea. Alguien había encontrado mis documentos!!!. Fuí al día siguiente muy temprano a la dirección señalada y con excepción de la tarjet Bip, el resto estaba completo. En ese momento sentí que esta experiencia no la contaría dos veces.
De regreso a casa y caminando por un sector comercial tratando de volver a la normalidad, una melodía me volvió a mi centro : "Padam, Padam, Padam ..." Sin pensarlo dos veces, entré a esa pequeña tienda de música y me regalé dos CD de música francesa.
Saludos.