Fue hace mucho tiempo, o fue ayer. Sólo recuerdo que caminaba a pequeños pasitos y afirmándose de la muralla quería pasar al comedor. De pronto, se alejó de ella y dando pasos cada vez más rápidos, se lanzó a los brazos de su padre y de su madre que felices de saber que su hijo ya empezaba a caminar solito, lo abrazaban mientras expresaban su alegría con risa y llanto.
Ahora con pasos más firmes y seguros, tomó su ropa y sus bolsos, se despidió de sus hermanos, un eterno abrazo a su madre y a su padre y subió al auto que lo llevaría a su nueva casa: su departamento de soltero.
Otra vez alegría y llanto, pero felices de verlo caminar nuevamente solo.
"Te ayudaremos a subir, hijo" dice el reverso de la foto en las dunas de Pichidangui-QuilimaríAhora con pasos más firmes y seguros, tomó su ropa y sus bolsos, se despidió de sus hermanos, un eterno abrazo a su madre y a su padre y subió al auto que lo llevaría a su nueva casa: su departamento de soltero.
Otra vez alegría y llanto, pero felices de verlo caminar nuevamente solo.