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viernes, 27 de diciembre de 2013

Visita Obligada

Si hay una visita que trato a todas luces de rehuir o de retardar lo más posible, es sin lugar a dudas, la visita al dentista. Creo no ser el único en experimentar un cierto temor a sentarse en lo que parece ser el diván de la tortura. Afortunadamente hoy en día ya no se sufre como antes y la anestesia moderna evita al máximo esa sensación de boca hinchada y desfigurada, pero... se transpira igual! Tras una media hora de "trabajos forzados" regreso a casa con una sensación de limpieza y libre de ese molestoso dolor que me hizo acudir de urgencia al temido dentista. Lo primero que tengo que hacer es beber abundante líquido para recuperar lo perdido mientras estuve ahí sentado; lo segundo, es comer cosas blandas, no sea que tenga que regresar nuevamente al temido sillón.! No, dos veces no!!!

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