Hoy, como despedida, Venecia amaneció con lluvia e inundada parcialmente. Salir del hotel, con maletas hacia la estación, fue un poco complicado por la fuerte lluvia y por el agua acumulada en sus calles. Decepcionante la actitud del Hotel de no colocar, aunque sea a la chilensis, una pasarela para cruzar la parte inundada. En fin, al no tener botas, una bolsa plastica en cada pié solucionó el problema (the chilean way). A las 10 ya estábamos en el tren rumbo a Milán, esta vez para quedarnos allí y descansar tranquilamente. Por primera vez vemos un recorrido de tren completo de pasajeros. La lluvia nos acompañó durante todo el viaje. En algunos sectores nevaba y tras dos horas y media de viaje, con fuerte lluvia y mucho frío llegamos finalmente a Milán. Dejamos todo en el hotel y nos vamos a almorzar. La lluvia no puede impedirnos recorrer la ciudad y un poco mojados, regresamos al hotel para descansar y prepararnos para continuar el viaje mañana, muy temprano. Buenas noches.
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