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miércoles, 5 de febrero de 2014

De vuelta a París

Londres amaneció nuevamente hoy con nublado parcial. Los informes meteorológicos por internet anunciaban días lluviosos durante nuestra estadía. No fue así, por lo que los paraguas fueron una carga innecesaria. Ayer dije que nos gustaba Londres. Pero en realidad hay tres cosas que no me gustan de Londres. Una de ellas es.. las monedas inglesas! La libra es una pequeña moneda en comparación a los peniques que son de distinto tamaño pero de menor valor. Eso no es el problema. El problema es que cuesta mucho distinguirlas pues el valor (número) es apenas visible ya que la figura de la reina ocupa la mayor parte de ambas caras de la moneda y al comprar, hay que mirar con lupa el valor de cada una de ellas. Lo segundo, es que Londres es muy caro. El primer día, mis 100 euros quedaron convertidos en 65 libras que se fueron, como dice Buddy Richard, como el agua entre los dedos. Ni pensar en ir de compras!! Lo tercero, y lo escribí ayer, es que el día en Londres es muy corto en invierno. Ya a las cuatro y media de la tarde, en Londres comienza a oscurecer y esa falta de luz no es muy agradable para un turista. ¿Lo será para los ingleses?... Por la tarde tomamos el Eurostar, llegando con una hora de atraso a París. El problema fue una larga detención antes del túnel del Canal de la Mancha por un tren anterior que bloqueaba la vía. A las 9 de la noche ya estábamos en casa, cenando con nuestro hijo y ahora nos vamos a acostar. Mañana sí, nos levantaremos tarde. Saludos a todos.

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