Ayer domingo, tras despedirnos de nuestros sobrinos con fuertes abrazos y deseos de volver a encontrarnos, Christian nos fue a dejar al Terminal de Buses, para asegurarse que nos íbamos de La Serena..... en el bus correcto. A las 10:45 el bus emprendió viaje a Santiago, vía Ovalle, una ruta desconocida para nosotros y con percances para algunos pasajeros que no resistieron los continuos movimientos del bus. En la ruta volvemos a encontrar rebaños de caprinos abundantes en la zona. Afortunadamente el bus no entró a ninguna otra localidad intermedia y esta vez se fue directo a Santiago. La capital nos recibió, con nubosidad y húmeda por una pequeña lluvia matutina. En el terminal nos esperaba nuestro hijo y tras siete horas de viaje llegábamos a nuestra casa, cargados de recuerdos y bonitas experiencias. Gracias a nuestros sobrinos por su cálida acogida y generosidad. Ya pueden sacar licencia de operadores turísticos.
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