Todo comenzó cuando decidí subirme a la pesa. El resultado fue catastrófico. Lo que ví o más bien, lo que la pesa indicó.... no podía ser posible. Algo sin duda marchaba mal. Mi primera impresión fue que la pesa no estaba buena. Pensamiento nada nuevo; todo el mundo piensa lo mismo al bajarse de una pesa. Me subí tres veces y tres veces marcó lo mismo. ! Había que asumir la realidad. Y la realidad, los botones de mis camisas la venían diciendo o más bien, la venían gritando hace rato. Todo esto requería urgentemente un plan de acción. Un plan en el que no bastaba iniciar una dieta. Necesitaba un plan más directo y rápido que solucionara el problema que mis camisas delataban, así es que decidido, opté por aumentar una talla y asunto terminado. Fácil, ¿ no?
1 comentario:
Suerte con una dieta!
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