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sábado, 19 de noviembre de 2016

Una entrega inusitada

Realizar un cambio de línea de metro en las horas puntas es encontrarse diariamente con una masa de personas que también se desplaza en la misma dirección y que te obliga a caminar como rebaño hacia el mismo objetivo, subiendo empinadas escaleras hasta la nueva línea. Así iba yo subiendo, entre esa masa de personas, cuando siento que alguien me toca la espalda. Al darme vuelta, veo a un muchacho, estudiante, de rostro oculto por la capucha de su polerón, que me dice: "Señor, se le cayó esto" y me entrega un dinero. Tras entregarme el billete, sube rápidamente las escaleras como suelen hacerlo los adolescentes, perdiéndose luego entre los numerosos pasajeros del andén de la estación. Debo reconocer que recibí el billete sin saber que hacer. Mientras seguía subiendo recordaba que esa mañana sí había guardado dinero en mi pantalón ..y ahí continuaba. Miré a mi alrededor por si alguien mostraba actitudes de haber perdido algo. Nada. Busqué al estudiante, no solo para premiar su honradez sino también porque para él ese dinero sería de una gran ayuda; pero tampoco lo encontré. ¿Que hacer? Finalmente subí al tren con un propósito; tratar de encontrarle a este inusitado hallazgo un claro mejor destino.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás fue el premio por alguna buena obra...

Nico dijo...

Que suerte. Felicitaciones. Yo he perdido dinero
muchas veces pero nunca me han devuelto algo..!