Esta vez las maletas quedaron listas el día anterior y hubo tiempo suficiente para tomar con calma los últimos preparativos antes de dirigirnos al aeropuerto con rumbo a La Serena. Tomar un avión siempre nos pone un poco nerviosos, que hay que llegar antes, que el peso de la maleta, que la tarjeta de embarque, que la revisión de seguridad, que la larga espera antes del despegue.. y el despegue mismo, el que ya es un tema. Afortunadamente el viaje es corto y en menos de 50 minutos ya estábamos en La Serena, o en Serena, como se escucha decir en la IV Región. Será una semana para disfrutarla al máximo, sobretodo si eso significa estar con nuestro adorado nieto. Un día despejado nos recibe, pero por la mañana eso no fue así porque en La Serena, el sol, cuando quiere salir, sale después del mediodía y hoy no fue la excepción.
Para aumentar, ponga el mouse sobre la imagen
1 comentario:
Me pasa lo mismo. Hay dos momentos que me preocupan,
el despegue y el aterrizaje.
Publicar un comentario