Al recorrer el Santuario de Sor Teresa este fin de semana, me detuve frente a uno de los naranjos que rodean la iglesia. Una hermosa naranja atrajo mi vista y aunque estaba muy alta, aún así era un fruto deseado. Pero ese robo duró sólo un segundo. Veloz, la mente o la conciencia activada, me trajo los versos de esta poesía que estoy seguro, todos los de mi generación conocimos en nuestra etapa escolar.
"Que linda en la rama la fruta se ve
si lanzo una piedra tendrá que caer.
No es mio ese huerto,no es mio lo sé
mas yo de esa fruta quisiera comer.
Mamá está lejos,Papá no me ve
ni aquí hay otros niños, ¿quien lo ha de saber?
Mas yo no me atrevo y no sé por qué
parece que siempre sus ojos me ven
Papá no querría besarme otra vez. - Mamá lloraría de pena tambien,
mis buenos maestros dirían tal vez : que niño tan malo, no jueguen con él
no quiero, no quiero, yo nunca he de hacer - sino lo que haría si todos me ven,
llegando a mi casa caricias tendré, abrazos y besos y frutas tambien.
"Que linda en la rama la fruta se ve
si lanzo una piedra tendrá que caer.
No es mio ese huerto,no es mio lo sé
mas yo de esa fruta quisiera comer.
Mamá está lejos,Papá no me ve
ni aquí hay otros niños, ¿quien lo ha de saber?
Mas yo no me atrevo y no sé por qué
parece que siempre sus ojos me ven
Papá no querría besarme otra vez. - Mamá lloraría de pena tambien,
mis buenos maestros dirían tal vez : que niño tan malo, no jueguen con él
no quiero, no quiero, yo nunca he de hacer - sino lo que haría si todos me ven,
llegando a mi casa caricias tendré, abrazos y besos y frutas tambien.
(J.A.Márquez - Colombiano)
No lancé ninguna piedra. Sólo oprimí el disparador y me la traje. Aún así ¿será un robo?
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