miércoles, 3 de febrero de 2016

¡Dios mío! ¿Por qué lo hice? Aprendiendo a conducir II

Ya terminadas satisfactoriamente la semana pasada mis pruebas online y mis clases teóricas ahora era el turno de comenzar mis clases prácticas. Mi instructor, de una edad cercana a la mía, me condujo hasta el automóvil con el famoso logo de AUTOESCUELA puesto en forma muy vistosa para que todos sepan que el que maneja no tiene idea de nada y que hay que tenerle cierta consideración; que si señaliza a la izquierda puede girar a la derecha y además .. a paso de tortuga. Eso creía yo. La verdad es que uno recibe de todo, desde bocinazos para que te apures o porque tienes luz verde y sigues ahí pegado, hasta insultos porque les impides ir más rápido. Aunque hay quienes te defienden y le gritan al chofer: ¡Hey, cálmate, no veís que el cabro está aprendiendo!! ... Y por otro lado el instructor que te va diciendo: Acelere! Acelere!! Acelere!!! y después : Frene. Frenee! Frenee!! Ante tales instrucciones de inmediato saco la voz y le respondo : Pero si yo frené! Hice lo que Ud me dijo. Y frené... El instructor me mira y me dice: Claro, que frenó... pero frenó con el acelerador ..!! Cuando volví a casa, después de mi primera clase, alcancé a llegar al sofá y sin alcanzar a responderme por qué había tomado el curso, me dormí profundamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja. A mí me pasó lo mismo, confundí el freno con el acelerador.
Afortunadamente el instructor estaba atento. jajaja