La recordada escena de la película "Cuenta Conmigo",(Stand by me), aquella de los 4 muchachos protagonistas que son sorprendidos por un tren de carga en los precisos momentos en que están cruzando un puente, me trae a la memoria una historia más personal, ocurrida muuuucho antes, durante una excursión escolar en la que junto a un grupo de compañeros de curso, todos adolescentes de trece o catorce años, nos dirigíamos acompañados por un profesor, a la cima de un cerro cercano. Para acortar camino debíamos irnos caminando por la línea férrea y cruzar por el puente ferroviario del lugar. Así lo hicimos sin saber lo que encontraríamos. Las vigas del puente dejaban ver hacia abajo la altura y las aguas del río por lo que que había que caminar despacio y con mucho cuidado. Todo iba bien hasta que .... sentimos el silbato del tren!! No había tiempo de correr ni nada. La orden fue sentarse muy al borde del puente, los pies colgando y aferrado a las delgadas barandas. Fueron minutos eternos sintiendo el ruido, el viento y el movimiento del puente al paso del tren. Mis padres nunca supieron de esta historia. No habría habido más excursiones.
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domingo, 21 de agosto de 2016
Historia de trenes y puentes
La recordada escena de la película "Cuenta Conmigo",(Stand by me), aquella de los 4 muchachos protagonistas que son sorprendidos por un tren de carga en los precisos momentos en que están cruzando un puente, me trae a la memoria una historia más personal, ocurrida muuuucho antes, durante una excursión escolar en la que junto a un grupo de compañeros de curso, todos adolescentes de trece o catorce años, nos dirigíamos acompañados por un profesor, a la cima de un cerro cercano. Para acortar camino debíamos irnos caminando por la línea férrea y cruzar por el puente ferroviario del lugar. Así lo hicimos sin saber lo que encontraríamos. Las vigas del puente dejaban ver hacia abajo la altura y las aguas del río por lo que que había que caminar despacio y con mucho cuidado. Todo iba bien hasta que .... sentimos el silbato del tren!! No había tiempo de correr ni nada. La orden fue sentarse muy al borde del puente, los pies colgando y aferrado a las delgadas barandas. Fueron minutos eternos sintiendo el ruido, el viento y el movimiento del puente al paso del tren. Mis padres nunca supieron de esta historia. No habría habido más excursiones.
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1 comentario:
Vaya! ví el video y creo que yo me habría devuelto
Jajajaja :))
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