Recorrer las calles de Venecia es toda una aventura. A cada paso hay bifurcaciones que si uno no tiene en mente el destino final, es muy fácil desviarse o perderse entre tantas callejuelas y puentes que se parecen. Hoy hacemos el recorrido hacia la Plaza San Marcos y a pesar de la lentitud, por la inmensa cantidad de personas -me imagino cómo será en plena estación de verano, ingresamos finalmente por un costado de la Gran Basílica. Sacarse fotos no es tan fácil, hay que esperar un poco, como lo hicimos en el famoso Puente de los Suspiros. Pasada la una de la tarde, almorzamos en un pequeño restaurant con una vista increíble al canal y al famoso Puente El Rialto. Tras un extenso recorrido por las calles de Venecia regresamos al hotel. Mañana volvemos a Milán.
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